Descripción
Aunque se preparó para dedicarse a la física y a la investigación en este campo, su acercamiento al movimiento surrealista en Paris cuando trabajaba becado en el Laboratorio Curie, y especialmente a algunos escritores y artistas de esta corriente, torció su destino de tal manera que en 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del mundo científico para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura. Entonces definió a la ciencia como amoral porque «llevaría al mundo hacia el desastre». Consecuentemente se instaló en un rancho sin agua ni luz para entregarse de lleno a la escritura.
Aún así su formación científica le llevó a publicar en su primera obra, Uno y el Universo, una serie de entradas y definiciones de distintos términos tanto científicos como literarios y filosóficos en las que criticaba la aparente neutralidad moral de la ciencia y alertaba sobre los procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas.
Pocos años después Sábato, que giro hacia posiciones más liberales y humanísticas, avanzaba en el prólogo a la segunda edición del libro que creyó que éste nunca se reeditaría porque no se reconocía en las ideas allí expuestas.
Peso a ello, la brillantez con la que fueron redactadas hace que la lectura de la obra mantenga un gran interés en la actualidad.
Ernesto Sábato
