Descripción
Novela corta publicada en su última etapa de madurez donde Unamuno deja traslucir sus dudas sobre la incógnita de la vida perdurable, la disyuntiva entre la fe perdida y la necesidad de creer como consuelo de la desdicha de haber nacido para morir.
Para ello Unamuno por un lado quiebra con su arraigada técnica novelística de atender exclusivamente a la acción para deslizarse por las descripciones de paisajes y ambientes y, por otro, se vale del drama de un sacerdote que finge una fe que ha perdido para que sus feligreses no caigan en la desolación.
Don Manuel está completamente entregado al pueblo, un pueblo que lo admira como a un verdadero padre espiritual que lo guía por las dificultades de la vida. Don Manuel deshace rencillas, consuela a los desolados, presta ayuda a los desamparados, atiende a los enfermos, se esfuerza por mantener la fe de todos y por convertir a los que no creen.
Quizás la obra maestra de Unamuno, una conmovedora narración que da pie para reflexionar sobre la inmortalidad, la contraposición entre realidad y apariencia, los misterios de la personalidad y la disyuntiva entre una verdad trágica y la felicidad ilusoria.