Descripción
Cuando Gerardo Diego llegó a Madrid se quedó fascinado por el Creacionismo de Vicente Huidobro. En el verano de 1922, invitado por éste, viaja a Paris. Allí conoce y alterna con artistas como Juan Gris, Fernand Léger y María Blanchard. Dicha experiencia le inunda y adapta sus ojos a la estética cubista. A la vuelta de aquel viaje se instala en Gijón, a orillas del Mar Cantábrico, para escribir su Manual de espumas.
La obra constituye el fruto lírico de la intensa experiencia vital y estética que acaba de vivir. La plasmación de la nueva poesía, la nueva pintura y la nueva música recién descubiertas y contempladas desde el paisaje marítimo de su infancia.
Es un libro unitario, seguro de sí mismo y concentrado, en el que el poeta se distancia de la realidad aparente y construye palabras en imágenes que forman una red compleja de sugerencias por la necesidad de proyectar sus sentimientos, sus emociones imprecisas y sueños; demostrando un asombroso control poético del ritmo.
Muestra la lucha dialéctica entre la búsqueda de la autenticidad y la búsqueda de una poesía pura, pero de valores humanos.
Aun siendo una de sus primeras obras, un libro por tanto de juventud, es el más conseguido entre los trabajos creacionistas del poeta. Manual de espumas cumple con la mayoría de las innovaciones del vanguardismo literario: el verso libre, la ausencia de puntuación, el encadenamiento de metáforas, aunque no deja de transmitir una gran emoción y se sitúa en las antípodas de literatura deshumanizada.