LA VOZ APASIONADA

  • Autor: Julio Alejandro de Castro
  • Editorial: Tiopgrafía Yagües. Madrid
  • Año de Edición: 1932
  • Medidas y estado: 224 p. 24 x 19 cm. Rústica original. Pequeña mordedura en la parte inferior de la cubierta. Buen estado. Prólogo de Antonio Machado e ilustraciones de Timoteo Pérez Rubio.

Vendido

Descripción

Mítico poemario de Julio Alejandro al que se le conoce, sobre todo, por haber sido el guionista de algunas de las mejores películas de la filmografía de Luis Buñuel.
El genial literato oscense quería ser marino, pe­ro su padre, don Julio Castro, lo matriculó  en  la Academia Militar de Arti­llería de  Segovia. Era verano, el alojamiento en  Segovia se con­vertía en  un  imposible  debido a la gran afluencia de estudiantes  que habían acudido a los exáme­nes de ingreso. Julio Alejandro da  por carambola con  una modes­ta pensión  donde le asignan la única  habitación libre, pues su huésped titular, un profesor del Instituto, se ha ido de vacaciones. Al abrir Julio el armario para col­gar  la  ropa lo encuentra reple­to de libros. Lector  impenitente desde su más tierna edad – cuan­do por fin llegó a ser  guardiama­rina sus compañeros  le apodaron  “ombligo luminoso”, porque du­rante las travesías  pasaba  las noches leyendo  en la cama auxi­liado por una linterna y tapado por las mantas para que no le des­cubrieran los mandos- comien­za a hojear los tomos y descubre con verdadera emoción que per­tenecen a don Antonio Machado. Al paso de algunos años, cuan­do don Antonio se trasladó a Ma­drid, llegaron a trabar franca amistad. En el prólogo de La voz apasionada don Antonio escribió:
Dios a tu verso y a tu barco guarde
seguro el ritmo, firmes las cuadernas,
y que del mar y del olvido triunfen,
poeta y capitán, nave y poema.
Fernando Castro, hermano me­nor y albacea testamentario de Julio, reconoce que si bien Ma­chado fue  un superdotado para la poesía, como profeta resultó ser un verdadero desastre: del libro de Julio solamente se vendieron diez ejemplares y su barco naufragó en Bayona a los dos meses.
Quizás, tan limitada venta sea la causante de que hoy el libro sea una pieza rara y codiciada.

Julio Alejandro de Castro