Descripción
Prosista exquisito, decadente y orientalista, amigo y colaborador de Francisco Villaespesa en varias de sus entusiastas y efímeras empresas literarias y olvidado durante muchos años.
En 1906, tendrá lugar un gran cambio en la vida de Muñoz. En efecto, para un joven sensible y atraído desde siempre por los valores estéticos del orientalismo, supone un descubrimiento decisivo el traslado de su padre, militar de alta graduación y origen nobiliario a la plaza española de Ceuta. Una vez allí, Isaac Muñoz entrará en contacto con la realidad de Marruecos, por lo que pronto la fascinación vital se entremezclará con la recreación literaria.
Ese interés se va a plasmar no sólo en sus obras de creación literaria, sino también en los cientos de artículos que escribe para periódicos y revistas, debiéndose destacar su colaboración durante cerca de una década con el Heraldo de Madrid. Con frecuencia recogerá estos artículos en volúmenes independientes, entre los cuales se cuenta “La corte de Tetuán”
En estos artículos y ensayos el autor permite entrever la cercanía de su pensamiento con el de ciertos sectores progresistas del partido liberal, que propugnaban la integración de Marruecos en un proyecto global que perseguía la regeneración de España y que partía de la consideración de un pasado histórico con raíces comunes.
Isaac Muñoz