Descripción
Autora segoviana recordada por pocos pese a ser la suya una de las obras más destacadas y originales de la época
En los bajos de Cuéllar se conserva entre arbolado la finca La Charca, cuyo chalet modernista albergó la existencia esotérica de esta poetisa singular. Nacida en 1915, se doctoró en Letras y viajó por Europa antes de recluirse en su paraíso de Cuéllar, rodeada de árboles y animales exóticos, desde pavos reales a tigres. Aquí hizo su obra y vivió sus amores, siempre en la cuerda del riesgo. Se abrasó en el horno alquímico, vaticinó hechos venideros, como la nevada del día de su muerte, vistió de tules en la escuela de Alejandría y arropó el desamparo de la poetisa Ángeles Borbolla, aquella muchacha indecisa que el Premio Cervantes José García Nieto usó como tapadera de un escándalo: premiarse a sí mismo en el Adonais de 1950. Dama de soledad fue su título y Juana García Noreña su seudónimo.
Égloga es un poemario sobre la naturaleza, la melancolía y el amor, con introducción de Josefina Romo, sobre el que Dionisio Ridruejo escribió este comentario estrambótico: Hoy, por primera vez, Alfonsa tiene la incertidumbre de escribir. Y en el comienzo de la Castilla de la Unidad a la Castilla del Imperio, un automóvil va a llevar una embajada de versos.
También Gerardo Diego dijo de ella en el diario ABC «Desde que publicó su Égloga la estimamos como a una auténtica fuerza poética capaz de los más encumbrados logros, y esperamos siempre más y más de su gracia, de su corazón y de su cultivada y clarísima inteligencia” y Francisco Javier Martín Abril en un artículo sobre Santa Teresa: «Si a mí me preguntasen por una poetisa española de hoy, yo contestaría Alfonsa de la Torre. Si a mí me preguntasen por una poetisa española de ayer, Teresa de Jesús, Santa Teresa».
Alfonsa de la Torre