Descripción
Pedro Casariego hubiera querido dedicarse a la música e intentó ganarse la vida a través de la pintura, pero siempre será recordado como un poeta de culto, con un asentado prestigio dentro de su singularidad entre maldito y marginal, con una voz tan propia como afilada. Poeta intemporal y eterno que supo como nadie retratar la insípida y gris sociedad en la que quedó atrapado y pintarla con los matizados colores de la paleta de sus sentimientos.
Sus libros de poemas suponen una sucesión, una historia que exigía el molde de la estrofa, pero que no podía renunciar a la narración, Pero más allá del encadenamiento de poemas para formar un único poema encadenado, es necesario contemplar esa organización desde un nivel superior: la obra de Casariego Córdoba plasma un único universo parcelado en obras y artes concretos.
Según cuenta su hermano Martín, Pedro había dejado de escribir poesía en 1986 (a excepción de un poema a su hija terminado en 1987) al considerar que escribir era ser derrotado y caer en un acto de vanidad. Se suicidó poéticamente arrojándose a las vías del tren en 1993.
Muy raro
Pedro Casariego Córdoba