CRÍMENES LITERARIOS

  • Autor: Rafael Zamora
  • Editorial: Tipografía Uría Hermanos. Oviedo
  • Año de Edición: 1906
  • Medidas y estado: . 420 + 24 p. 17 x 12 cm. Encuadernado en tela. Buen estado.

Vendido

Descripción

Rafael Zamora, Marqués de Valero de Urría fue un fascinante personaje que lo mismo traducía en verso La Ilíada y La Odisea, enseñaba latín y griego a un joven Pérez de Ayala, ayudaba a Clarín en su versión de Zola, hablaba inglés y ruso, dictaba lecciones sobre Baudelaire, realizaba arreglos de obras de Saint-Saëns, que bebía coñac en ingentes cantidades sin que le afectara.

El libro que presentamos es una auténtica joya bibliográfica de título tan afiebrado como su contenido: «Crímenes literarios y meras tentativas escriturales y delictuosas? perpetrados por el profesor don Iscariotes Val de Ur, catedrático de Paleografía, Criptología y Zoophonia en la Universidad de Polanes». Bajo tal seudónimo se ocultaba el propio Valero de Urría, cuya biografía y escritos son preparados y ofrecidos al lector por su discípulo Rafael Urdeval.

Esta satírica obra cosechó tantos elogios que sus amigos le brindaron en el Hotel Francés de Oviedo un banquete de homenaje el 24 de febrero de 1907. Del libro comentó Pérez Galdós que era «exquisito»; Azorín, que se trataba de un «genialísimo libro escrito en sapiente castellano», y Pérez de Ayala llegó a brindarle una alabanza poética: «¿Cómo sin ser dilecto de la sabiduría / ibas a hacer un libro tan lleno de armonía, / tan sutil y empapado de esa risa sana / que a los labios inspira la necedad humana?». Otros críticos madrileños afirmaron que se trataba de un producto «soberbio» o «el más ameno, interesante, profundo y nutritivo de cuantos han visto la luz por estas tierras hace muchos años».

Marco Antonio Iglesias en dos recientes artículos comentaba cómo su extraña figura fascinó en su día a quienes tuvieron el placer de conocerlo, y sigue fascinando a los amantes de las rarezas literarias. El excéntrico marqués fue un «renombrado bohemio en el Oviedo «regentado» por Clarín y quizás el parnasiano español más consciente de serlo».
Rafael Zamora